No sé quien invento la frase lapidaria de “hacer el amor”, pero definitivamente llegó al más recóndito de los rincones mentales. Es increíble como una frase se usa de manera tan deliberada, sin siquiera saber realmente que se está diciendo. Porque, pregunto yo ¿El amor se hace?, o realmente quisieron decir “Tengamos sexo con amor”… creo que se entiende más.
El problema de utilizar una expresión gramatical sin saber lo que se está diciendo es, que caemos en significados que muchas veces ni siquiera nosotros manejamos, pero nos hacen sentir de una manera determinada. Esto pasa porque alrededor de las frases se configuran una serie de repertorios emocionales que acompañan al lenguaje en una situación, en este caso sexual.
En los años 60 el grupo de los hippies acunaron una frase interesante que decía “Hagamos el amor, no la guerra”. Y se referían, en primer lugar a una crítica abierta en contra de las guerras de Estados Unidos en la época, y en segundo lugar a la libertad con la que ese grupo vivía la sexualidad.
He realizado varios ejercicios preguntándole a la gente que me dice “yo hice el amor”, qué me quieren decir con eso. Y sorpresivamente no saben ni siquiera explicar de manera clara a que se refieren cuando lo dicen. Pero cuando les hago la aclaración de que “me querrás decir que tuviste relaciones sexuales”, pues me dicen “NO”, eso se tiene con cualquiera, “yo hice el amor”. Es como si tener relaciones sexuales sea algo bajo, vulgar y denigrante.
Entonces, con esto no ambiciono que se deje de usar la frase (aunque para mi sería un placer que la gente entienda el meollo), pero si llevar una voz de alerta para que se entienda que usted cada vez que tiene relaciones sexuales, es precisamente eso lo que hace, tener relaciones sexuales. Que el ánimo, las emociones, y el significado varíen dependiendo de la persona que con la que lo hagas, te lleve a pensar que hiciste otra cosa y no sexo, pues es algo extraordinario.
Por otro lado, el amor muchas veces no tiene nada que ver con sexo. El amor es un sentimiento que se vive a través del tiempo, y que lo vivenciamos con una persona. Obviamente, que este amor que se siente es lo que en muchos casos lleva a una persona a querer tener relaciones sexuales con otra persona. El típico ejemplo de “lo hice por amor”, o la famosa “prueba de amor” que muchos hombres piden a las mujeres.
Paras concluir quiero dejar a reflexión lo siguiente: ya sea por amor, o ya sea por placer, cuando usted tiene relaciones sexuales, es simplemente eso, tener relaciones sexuales. El amor no se hace, el amor se vive y se siente.
Ni el pene, ni la vagina, ni nuestro cuerpo completo son una fábrica de amor en masa, más bien yo pensaría objetivamente que tener relaciones sexuales es “construir placer”, que puede ser más gratificante, cuando se realiza con un amor intenso.
Ramon Almanzar
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Hace 2 años
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