24 dic 2008

¡Ni humilladas, ni vencidas ni vendidas!

Los estilos de vida y cualidades de todas las culturas del mundo son perlas preciosas en el hilo de la humanidad, pero vemos que algunas perlas del collar, están más dañadas que otras, o mejor dicho más gastadas que otras.
¿Por qué?Por el uso inadecuado que cada persona les da, de acuerdo a sus expectativas, a sus creencias, a sus necesidades, emociones y valores.

Las conductas que adopta cada cultura son distintas, debido a que están regidas precisamente por su entorno. Tiene mucho que ver con la geografía, la historia y la calidad ambiental de cada una, pero todas tienen un común denominador que las hace ser especiales, importantes y bellas:

“Las mujeres de nuestro mundo”. Y nuestro mundo sin mujeres, no tendría vida, porque es la mujer precisamente la que genera la vida en su vientre, por obra del Altísimo.

El hombre solo no tendría la facultad ni la posibilidad de poblarse, ni la mujer sola tampoco, se necesitan el uno al otro para complementarse y reproducirse, es una ley natural.

Sin embargo en la gran mayoría de los pueblos del mundo, impera el poder, el machismo, la superioridad que el equivocadamente llamado: “hombre” pretende mostrar como derechos propios, relegando siempre a la mujer, a un segundo lugar, y conservándola como si ella le hiciera un favor.


Para ostentar el honroso galardón a la excelencia de ser un verdadero hombre, se necesita mucho más que un par de… pantalones y una buena dosis de fuerza en los puños: Se necesita conciencia, preparación, voluntad, perseverancia, prudencia, respeto, valor… ¡Y vergüenza!

Con excepciones de unos pocos, en nuestro mundo hay millones de machos que se dicen ser hombres y hasta muy “caballeros” pero que se dan el lujo de atropellar a sus mujeres, las mancillan, las golpean, les roban sus derechos, le saquean sus valores.

las martirizan, las humillan, las maltratan, les pisotean su dignidad, les vampirizan su individualidad, las convierten en meros entes mecánicos a su servicio, y encima les exigen productividad, fidelidad, amor y respeto.

¿La mujer en ese estado tan lamentable, debe estar agradecida y no resentida?
Sabemos que el resentimiento, es un sentimiento reciclado (constante y repetido) que causa conflictos internos muy fuertes a la mujer maltratada, y es muy difícil erradicarlos sin una buena dosis de cariño, de amparo emocional, ternura, fidelidad absoluta, entrega en todos los aspectos, cuidados intensivos y en todos los sentidos y respeto etc.

¿y qué hombre estaría dispuesto a darlo todo de esta manera? ¡Avísenme si conocen a uno sólo! Y le mandaremos construir un altar en la tierra. ¿Les parece?

La mujer no fue creada para ser sometida, ni maltratada, ni humillada en ningún sentido, ni nació para ser relegada a un segundo lugar. La mujer de nuestro mundo fue concebida del amor y para generar amor porque es hija del amor más grande y más puro… ¡El de Dios!

Y el hombre que crea todo lo contrario, nomás porque tiró su semilla en un momento de placer, deberá demostrarlo científicamente. ¿Dónde está ese valiente?

Doral.

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Osvaldo Torres

pastorosvaldotorres@hotmail.com

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