Había una vez un pajarito llamado “Perico”. Un día, Perico estaba sentado en su jaula, cantando una de las más dulces canciones de pajaritos que mortal alguno hayas escuchado. Apaciblemente cantaba, con una expresión de satisfacción en su carita de pajarito.
Perico nunca supo qué lo golpeó. ¡Ssswwupp! Eso fue todo lo que oyó, y luego no hubo nada más que apagón total. Lo que Perico no sabía era que su dueña había decidido limpiar su jaula con una aspiradora.
Ella había metido la boquilla de la aspiradora en la jaula para aspirar las semillas y plumas en la parte inferior, cuando sonó el teléfono. Se volvió para tomarlo y apenas había saludado cuando… ¡ssswwupp! Perico se había ido.
Ella gritó de horror ante lo que había hecho, dejó caer el teléfono, y apagó la aspiradora. Nerviosamente abrió la bolsa y allí estaba Perico, aturdido y lleno de polvo, pero vivo. Inmediatamente lo agarró y corrió apresuradamente al fregadero de la cocina, donde abrió la llave al máximo de caudal y mantuvo a Perico bajo un torrente de agua helada, dejándolo limpio con el lavado de alta presión.
Entonces se dio cuenta que Perico estaba empapado y temblando. Agarro con desesperación femenina el secador de pelo y sometió al pajarito a la ráfaga de aire caliente. Los ojos de Perico parecieron rodar hacia atrás de su cabeza, así que se detuvo.
Perico si sobrevivió. Lo hizo, pero ya no canta tanto. Sólo se sienta y mira fijamente hacia el infinito, y se le nota ligeramente un tic de pajarito triste de de vez en cuando. Es una historia real feliz, con un final infeliz.
La vida no solo tiene flores, también espinas. No puedes cambiar tu entorno, pero si tu actitud frente a la misma. El cambio tus lamentos en baile.
Si alguien te lanzo lodo en el caminar de la vida, límpiate con una actitud positiva y continúa. Si te han arrojado al suelo con ímpetu, no tire la toalla, levántate y sacúdete el polvo. Y avanza. No te pase la vida victimizándote.
Quien te ha herido lo hizo por que esta herido. Es victima de victima. Rompe ese indeseable siclo. Tú puedes porque el mismo poder que levanto a lázaro después de 4 días, es el mismo poder que esta dentro de ti.
Si tu problema lo ve muy grande súbete en los tacos de Dios, o en sus hombros. Ponte los lentes de Jesús el autor y consumador de la fe y grítale de voz a cuello a los problemas cuan grande es tu Dios.
PASTOR OSVADLDO TORRES
Director asoc. Radio Emanuel
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Hace 2 años
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