3 jul 2009

Cómo afrontar un fallecimiento.

La pérdida de un ser amado marca huellas indelebles que quedan para siempre en el corazón. Cuando la pérdida es por divorcio tenemos que atravesar una etapa de duelo y recuperación, existen libros de "expertos" cada cual con nombres sofisticados y textos estudiados, que en cierta forma ayudan a que al final volvamos a ser "felices", y hasta puede que nos enamoremos de nuevo y todo queda olvidado y hasta perdonado…

¿Pero qué pasa cuando la separación de alguien cercano a nosotros es provocado por la muerte?

La muerte de una persona amada no marca un antes ni un después en nuestra vida, no existen libros ni diccionarios que puedan decir las palabras exactas para consolar el dolor, la impotencia de no poder hacer nada, quedan muchas cosas pendientes por decir La madre que pierde un hijo, canta esas canciones de cuna que aprendió en su niñez y las canta en un susurro a sus brazos que quedaron vacíos sin la presencia del hijo amado, tiene la esperanza que el viento lleven sus arrullos a quien extraña tanto.


Perdemos a un hermano/a y en la mente jugamos "a las escondidas" buscando en los posibles rincones donde se esconde la historia de nuestra niñez, deseamos encontrarlo, deseamos escuchar esas notas musicales que se quedaron mudas en su apagada voz, duerme, duerme mi hermano, prometo llorar calladamente para no interrumpir tu apacible sueño.


Pero nos levantamos cada mañana y añadimos un día, un mes, un año más a esa ausencia eterna hasta que un día de buena estrella nos una de nuevo, nuestros seres amados se escaparon, le ganaron la batalla al dolor, al sufrimiento, se le escaparon a este mundo muchas veces cruel e inhóspito, después de todo, ellos, quienes se nos adelantaron, alguna vez también tuvieron que despedirse de alguien a quien amaron, ya nos los alcanza ni el llanto ni el sufrimiento de quienes nos quedamos en una plegaria convertida en llanto, llanto convertido en oración.


A pesar de todo, debemos enfrentarnos al proceso de duelo, de aceptación, ninguno nos garantiza, no podrían garantizarnos cuando o cuanto tendremos que caminar aun por esta vida para concluir el proceso de recuperación, sabremos que la hemos alcanzado cuando seamos capaces de emprender proyectos y sueños y trabajar en ellos.

a lo mejor con una sonrisa, a lo mejor con lagrimas, algo si es seguro, ya no será el llanto incontrolable con la ansiedad del inicio, esperamos con esperanza y fe, por el reencuentro con nuestros seres amados.

Esa es la promesa de Dios, y aunque seguimos con nuestra vida, esperaremos el momento del feliz reencuentro.


¿Has perdido a alguien amado en tu vida?¿Cómo lo has superado?

¿Lo compartirás con nosotros?

Amanecer cautiva del amor.

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Osvaldo Torres

pastorosvaldotorres@hotmail.com

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