22 jun 2009

El padre


La mayoría de las personas tenemos buena afinidad con nuestros padres. Aun cuando nuestro padre pueda estar lejos, su figura paterna ha marcado profundamente el rumbo de nuestras vidas.

Para muchos, hablar del padre no tiene ni importancia ni relevancia, y por ello no es necesario culpar a nadie ya que el brillo de la madre suele ser tanto más poderoso que llega a opacar a nuestros papás.


Muchas veces el padre provoca tantas controversias que nos hace pasarlo mal tanto a la madre como a los hijos. Hay padres que en lugar de sembrar amor, siembran distancia, ausencia e incluso hastío.

Pero también hay padres fenomenales, padres que se juegan la vida por darnos lo mejor, por enseñarnos los caminos a seguir, las pautas de las buenas costumbres. Personalmente, tengo lindos recuerdos de mi padre, de la enseñanza que de parte de él recibí, hace unos meses que ya no está conmigo y hoy que celebramos el día del padre no deja de hacérseme un nudo en la garganta el pensar que hace sólo un año podía decirle cuánto le amaba, pero hoy ya no está. Así es la vida, y así son los designios del Señor. Era su hora, y se fue.

Cuando un padre fallece el corazón se nos hace añicos, pero yo sé donde está mi padre ahora, con Dios, velando por mí.
Y así es la vida, debemos aprovechar nuestro tiempo y amar a nuestros padres con todo el corazón, no sabemos cuando se nos van, y quedaremos con las palabras sin decir, y el corazón vacío si no les demostramos ahora que podemos cuánto les amamos.


Bien es cierto, que también hay padres que se merecen toda nuestra indiferencia. Padres que quizás no vieron crecer a sus hijos, padres que quizás se marcharon sin mirar atrás cuando sus hijos nacieron. Estos malos padres difícilmente tendrán perdón, es demasiado el daño que provocaron con su comportamiento.


Si esa es tu situación, no te amargues, pues cada acción tiene una reacción, y a su tiempo se verán derrotados sin nadie a su lado. Porque no olviden que los padres son hombres, y como tales tienen defectos.

Hoy quiero saludar a ese padre, al hombre que humildemente soporta los reveses de sus hijos, la incomprensión por querer llevarnos por el buen camino, a esa persona que debe ser fuerte cuando todo a su alrededor cae, al hombre que lucha codo a codo junto a su mujer, para sacar adelante a su familia.

Hoy abracen a ese padre que está a su lado, a ese padre al que aún le puedes decir que le amas. No dejes de hacerlo porque puede que mañana sea tarde. Y para aquellos que sólo son "padres de palabra", sólo Dios les conoce, y algún día les juzgará.

Shoshan

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Osvaldo Torres

pastorosvaldotorres@hotmail.com

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